La energía geotèrmica se basa en aprovechar la capacidad de la tierra para absorber y ceder gran cantidad de calor, manteniéndose a temperatura casi constante a lo largo del año.

Una parte importante de la energía que proviene del Sol y llega al suelo, es absorbida por la corteza terrestre en forma de calor. La gran dimensión de la Tierra hace que la temperatura del subsuelo, a partir de unos 2 metros de profundidad, se mantenga prácticamente constante durante todo el año; esta temperatura varía según las características del terreno y la radiación solar propia de la región. En España, un país con una gran radiación solar, la temperatura del suelo a profundidades de más de 2 metros es relativamente alta (alrededor de 15 º C).
Así pues, podemos considerar el subsuelo a pequeñas profundidades como fuente de calor (energía), totalmente renovable e inagotable. Mediante un sistema de captación adecuado y una bomba de calor geotérmica, se consigue transferir calor de esta fuente de 15 grados (subsuelo) a otra de 50 grados (acumulador ACS o circuito de agua), para ser utilizada en la calefacción domestica y/o el agua caliente sanitaria de uso en la vivienda. |