En primer lugar, para ahorrar energía y hacer economía, hay que priorizar los elementos que conforman el habitáculo - aislamientos, cierres, orientación, etc. -
En segundo lugar, el sistema de regulación de las diferentes instalaciones, mediante sistemas de domótica o gestión centralizada , adecuados a los hábitos personales, permite gestionar la energía de forma eficiente y coherente, reduciéndola considerablemente.
Por último la elección del sistema de producción de calor o electricidad, así como la fuente energética más adecuada en función de la finalidad y uso diario, permite maximizar el ahorro energético y la contribución a nuestro Medio ambiente.
Además, el conjunto de las actuaciones en materia de ahorro energético y gestión energética permite conseguir una mejor calificación energética de la vivienda. |